El cante tiene una señora,
que en Málaga nació,
fue en sus primeros pasos
un fandango,
hasta que se hizo mayor.
Es fina y delicada
tiene algo de soleá,
se confunde con la caña
y es prima de la bandolá.
No necesita que la bailen,
sola, se luce más,
basta una guitarra
que la quiera acompañar.
El Canario de ella, se enamoró,
D. Antonio Chacón, la tuteó
y un gitano de Cádiz:
Enrique el Mellizo, la engrandeció,
“sentaito” en su balcón. Paco Dodero
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