“LA LLAVE DE LA MÚSICA FLAMENCA” por Antonio y David Hurtado Torres

Libro editado por Signatura /ediciones en el año 2009, prologado por el compositor Tomás Marcos y el cantaor Antonio Díaz Fernández ”Fosforito”, en el que ambos elogian la labor investigadora musical de los autores sevillanos.

En el primer prólogo su autor afirma que: “el flamenco es sobre todo música y también danza”, para añadir que solo algunos estudios sobre el flamenco tienen utilidad, los demás son “chácharas”, lo que ya nos coloca en una situación expectante sobre lo que pueda venir a continuación, destacando,como no, la enorme influencia que la música negra ejerció en el nacimiento del flamenco.

El segundo prólogo de la mano de Antonio Díaz Fernández “Fosforito”, sale un elogioso testimonio de agradecimiento a dicho autores por su rigor científico, por lo visto muy necesario para el estudio del flamenco, por sus buceos en los ancestros sonoros de los cantes de Andalucía, de lo que podemos deducir que el cante jondo es un producto de todo lo anterior al fenómeno flamenco iniciado por los gitanos, pues como queda claro en el primer capitulo nos dicen:

“No fue su nacimiento entre las tinieblas de una cueva, en medio de la miseria y el oscurantismo, como pretendieron, y aún pretenden – algunos, pues difícilmente semejantes condiciones propician la aparición de un arte tan cargado de refinamiento y sutileza como el suyo…..ni fue en medio de terribles persecuciones y anatemas como vivió los primeros tiempos de su existencia….”

En la citada obra se sostiene que las semillas, o elementos principales del flamenco, lejos de haber sido importados desde tierras remotas de Oriente por ancestrales y milenarias razas, aparecen en torno al comienzo del siglo XVII, esto es: cuando comienza el barroco y vienen de ultramar piezas fundamentales como la zarabanda, la chacona, la jácara, el cumbé y el zarambeque.

En definitiva un libro de gran interés para cuantos amamos el flamenco, y sobre todo para los que como yo somos unos fervorosos fanáticos, que a pesar de los muchos estudios científicos, no olvidamos nunca que el consabido maestro Silverio Franconetti fue un aventajado discípulo de un gitano llamado Francisco Ortega Vargas “El Fillo”, licenciado en los más primitivos cantes, como la seguiriya y la soleá, y que con su característica voz “afillá” se convirtió en el verdadero “maestro de maestro” del más puro cante “jondo”, sin necesidad de saber nada de solfeo, ni de técnicas musicales, con lo que me atrevo a decir, con permiso de los sabios doctores, que una cosa es el cante flamenco y otra la música denominada flamenca posteriormente.